Las decisiones financieras no merecen demasiada atención, o no son importantes o no son difíciles.
Cuando eres joven no tienes ni idea pero da igual. Tus 1.000, 10.000 o 50.000 euros son irrelevantes en el contexto de tu patrimonio. Tu cartera financiera representa una minúscula parte de tus activos totales. Incluso aunque tomases la peor decisión posible, en pocos años habrás ganado, ahorrado e invertido varias veces esa cantidad. Lo que hagas con tus mil euros no es importante.
Cuando llegas a yayo tu cartera financiera representa el grueso de tu patrimonio. No vas a ganar más y si perdieras todo o parte no volverías a recuperarte. Pero llevas toda una vida de experiencias, de ahorro e inversión. Las decisiones sobre la gestión de tu capital se te antojan evidentes. Lo que hagas con tu cartera no es difícil.
Por eso cuando alguien me pregunta no siento ningún reparo en pasarle este post: Finanzas personales para el 99%. Incluso aunque piense que es posible que no lo entienda o lo malinterprete. Tampoco siento ninguna responsabilidad por sus cagadas (ni por sus aciertos). Lee un poco y haz lo que te plazca. Pero ellos siempre parecen creer que están ante la decisión de su vida, un problema que requiere logaritmos y derivadas parciales. Lógicamente, no ven la irrelevancia de la cuestión. Porque esa es precisamente la cuestión, que entiendas que tu decisión actual no es lo relevante.
Diría que esto aplica al 95% de la gente. Pero hay unos pocos que sí tienen un problema. Me refiero a aquellas personas que tienen un patrimonio que no han construido ellos o lo han construido de forma muy rápida y sus ingresos futuros son pequeños en relación a su patrimonio actual. Para estas personas las decisiones sí pueden ser difíciles e importantes. Gente que da un pelotazo, le toca la lotería1, profesionales con carreras cortas, deportistas de élite, alguien a quien le cae una herencia grande... ¿Qué debería hacer esta gente? Lamento decirte que no tengo respuesta.
Este verano tuve una larga charla con un familiar que está en una situación similar. No es realista pedirles que gestionen su patrimonio pero tampoco lo es pensar que puedan encontrar un asesor financiero con capacidad y voluntad para ayudarles.
Lo único que puedo hacer es darles tortazos en la cara. ¡Esto no! ¡Eso tampoco! Pero no tengo solución, solo destrucción. Y es frustrante.
Suelen además pensar que esto es como con el resto de temas. No sabes de algo, te metes en google, buscas a alguien cerca de casa que sí sepa y le contratas. Se te rompe el coche, vas al taller. Te encuentras mal, llamas al médico. Necesitas droga, te acercas a la farmacia. No puedes saber de todo pero siempre sabes quién sabe o cómo encontrarlo.
En temas de dinero esto es un problema. Cuando necesitas asesoramiento financiero, ¿cómo encuentras a alguien que pueda y quiera ayudarte? Difícil. Si haces como con el resto de temas terminarás en videoconferencia con un vendedor de ovb contándote por qué los PIAS molan (Producto de Inversión para Atraer Subnormales) y los planes de pensiones no (Mi plan de pensiones mola). Spoiler: le pasó a mi familiar.
Usuario medio e interfaz óptima
Un coche es una cosa muy compleja. También un ordenador o un medicamento. Aun así podemos utilizarlos y aprovechar todo el conocimiento que acumulan. La división del conocimiento es una maravilla. Pero el conocimiento no se puede dividir sin interfaces. Necesitamos poder usar un coche sin saber cómo funciona exactamente un coche. Afortunadamente tenemos volantes, palancas, teclados e instrucciones. Eso es la interfaz, el mecanismo que nos permite explotar cosas complejas lo máximo posible con el mínimo conocimiento posible. Es un óptimo.
Este óptimo depende del coste de adquirir conocimiento y de la utilidad que ese conocimiento dé. Las interfaces funcionan gracias a ese conocimiento útil ampliamente extendido o barato de adquirir. Pero en un mundo en el que no puedes gestionar la mayor planificación financiera de tu vida (la vejez) la utilidad marginal de adquirir conocimiento financiero está artificialmente reducida2.
Todo el mundo sabe que rojo significa parar y verde pasar, incluso aunque nunca hayan conducido un coche. Todo el mundo sabe que una X es cerrar, que cuando tocas cosas con forma de botón ocurre algo o que los alimentos tienen una fecha que indica la caducidad.
Y no pensemos solo en conocimiento explícito, eso al final se puede aprender sacándote el carnet de conducir. Hay otro tipo de conocimiento más tácito, más intuición, más emoción, más experiencias… que es para nuestro caso más importante.
¿Cómo te sientes y cómo reaccionas ante la incertidumbre? El mundo es incierto principalmente porque tus deseos lo son. No sabes qué ni cuándo quieres consumir. Ni tú ni nadie. Por eso las empresas no saben cuánto van a vender este año ni los accionistas saben cuánto van a ganar.
Sin embargo el Estado nos garantiza un sueldo fijo, nos garantiza una pensión, nos garantiza salud, nos garantiza que lo que compramos ha pasado controles de calidad, si nos quedamos sin empleo, si hay una catástrofe natural… No estamos acostumbrados a la incertidumbre y eso es un problema a la hora de gestionar nuestras finanzas. Una cartera 100% renta variable es hoy algo impensable para el inversor medio.
Y esto me resulta curioso. Cuantas más cosas nos asegure el Estado, más incertidumbre deberíamos asumir con el resto de nuestros activos pero menos estaremos dispuestos a aceptar.
Pero la incertidumbre no desaparece porque la riqueza es incertidumbre. Una sociedad rica es aquella que destina recursos crecientes a aumentar producción futura, a proyectos a largo plazo e inciertos. No hay riqueza sin incertidumbre. Esos proyectos productivos son la riqueza y solo los capaces de soportar y gestionar esa incertidumbre son los ricos.
Y por todo esto no soy demasiado optimista con el futuro del sector. No veo incentivos ni eventos que puedan extender los conocimientos necesarios al usuario medio. Sí, el sistema público de pensiones sufrirá y eso empujará a muchos a formarse. Pero eso no es suficiente. La educación financiera no es algo que puedas aprender en el colegio o leyendo. Es algo que mamas desde pequeño, que debes experimentar, es algo que afecta a tu personalidad, temperamento, a cómo reaccionas ante la incertidumbre. Y eso es algo que no veo que vaya a cambiar. El usuario medio no se habrá enfrentado a la incertidumbre en su vida y por mucho que lea tampoco sabrá ni querrá enfrentarla en sus finanzas personales.
Y por eso no podemos hablar de interfaz óptima sin hablar de usuario medio. Porque no existe la interfaz óptima en abstracto, existe una interfaz óptima en función de los conocimientos que tenga o pueda conseguir fácilmente el usuario medio. No podemos hablar del asesor financiero ideal sin hablar del conocimiento del inversor medio.
Inversor medio y asesor financiero ideal
Tengo 2 hilos3 sobre el tema que procedo a reescribir.
¿Cómo es el asesor financiero ideal? ¡Es PIPI!
Predicción. No hace predicciones. Es asesor, no gestor ni selector de fondos. No sabe qué va a pasar y si creyera saberlo tampoco te lo diría, no estás en disposición de valorarlo. Recomienda diversificación ponderando por capitalización.
Independencia. Es independiente. Te muestra una factura transparente y no cobra de nadie más (o si lo hace revierte retrocesión a tu bolsillo). Él gana lo mismo inviertas en lo que inviertas. Cuidado aquí que hay formas de parecer independiente y no serlo. Desconfía por norma.
Perfilado. Implementa tus preferencias de consumo (tiempo y flexibilidad) en una cartera: qué clases de activos encajan mejor con tus preferencias, a través de qué tipo de vehículo comprarlos y qué producto concreto elegir. Básicamente asset allocation, fiscalidad y costes.
Incertidumbre. Te ayuda a gestionar la incertidumbre y controlar tu comportamiento con información y datos, pero la parte emocional es cosa tuya. Ni es ni puede ser tu psicólogo.
Pero para que el asesor financiero ideal pueda existir, el inversor medio debería saber que...
Precio es consenso. El precio es el consenso del mercado y por cada predicción en un sentido existe otra igual de convincente en sentido opuesto4. No estás capacitado para valorar cuál es la acertada.
Tú pagas, tu asesor cobra. Lo que tu asesor cobra sale de una forma u otra de tu bolsillo. Asegúrate de que cobre lo mismo con independencia de lo que te diga (si no lo que te dice y lo que debería decirte podría no coincidir).
Casar flujos. Tus preferencias de consumo determinan tu cartera, quieres consumir en unos momentos y con cierta flexibilidad. Tu objetivo es encontrar los activos que mejor casen con esas preferencias, aquellos que paguen sus flujos en esos momentos y con esas certidumbres.
Incertidumbre. Exponte a incertidumbre a lo largo de tu vida y aprende a soportarla y gestionarla. Si no lo haces es probable que no puedas tener la cartera que deberías tener. La ‘tolerancia al riesgo’ no debería formar parte del perfil inversor: tu cartera ideal depende de tus preferencias de consumo y es la que es con independencia de cómo te sientas con ella5.
No creo que haga falta más. El inversor medio tiene el conocimiento general e inmutable y el asesor financiero lo complementa con el conocimiento concreto y cambiante.
Pero mientras el inversor medio no sepa estas 4 cosas, el asesor medio seguirá haciendo predicciones, colocando los productos que a él le interesan, ignorando tu perfil y atado por tu tolerancia al riesgo. Eso y explotando tu ignorancia en su propio beneficio6.
Y soy pesimista al respecto. El inversor medio nunca interiorizará estas 4 ideas. No al menos la última de todas. Jamás sabrá gestionar la incertidumbre porque jamás se ha enfrentado a ella. El Estado la mató.
Bueno, ¿y a mi familiar que le dije? Pues aparte de cosas más específicas de su caso, le hice estas sugerencias:
Abrir cuenta en indexa y myinvestor con una cantidad simbólica para entrar en calor, coger confianza, ver en lo que invierten tu dinero, las diferencias entre ambos…
Buscar asesores financieros independientes que solo cobren de ti como micappital o nextep (sobre los que no tengo experiencia).
Entrar con mi login a Balio y echar un ojo a estos 3 cursos:
Finanzas Personales: Optimiza tu dinero en 5 pasos
Finanzas Personales: Consigue tu libertad
Invierte de forma pasiva con fondos indexados o ETFs
“Los 2 primeros son como muy generales, el último es sobre lo que comentamos ayer de fondos pasivos, renta variable /renta fija, perfilado…”
Y por fin llegamos al verdadero propósito de este post: colar un link de afiliado sin desviarme de lo que me gusta escribir. Sí, me he forzado a escribir este post porque Balio (empresa de la que soy amigo de socios7, accionista simbólico8 y profesor de segunda) abre las puertas de su suscripción durante 3 días (del 2 al 4 de septiembre). Ahí puedes ver decenas de cursos sobre finanzas personales, inversión y emprendimiento (entre ellos los 3 que le sugerí a mi familiar). Más información aquí: Balio PRO.
Llegados a este punto lo que deberías preguntarte es si recomiendo Balio porque me gustan o porque me pagan. Entonces este post habrá tenido sentido.
Pd1. Puedes ver todos mis posts agrupados por temática en el Índice.
Pd2. Posts relacionados con cursos Balio: Reseña del curso Invertir en oro de Alejandro Álvarez, Reseña del curso Planes de pensiones de Diego Costa, Cómo incluir un piso alquilado en la declaración de la renta (curso Fiscalidad inmobiliaria de Miguel Arribas y Diego Coronado).
¿Qué hacer si te toca la lotería? Esta barbaridad pone en la página de euromillones.
Lo que tu asesor financiero no te contará y lo que te cuenta pero no debería
¿Cómo aporta valor un asesor? Estudio de vanguard (Quantifying Vanguard Advisor's Alpha)
Los expertos no saben lo que va a pasar, y los expertos mediáticos son todavía peor.
Ejemplo de ‘asesor’ explotando la ignorancia financiera del inversor medio en su propio beneficio: finanfox1, finanfox2, ovb, grupogalilea.